Como ya he comentado en otras ocasiones, el Commodore Amiga fue un espinita que siempre he tenido clavada. En aquella época, mis padres se negaron a comprarme uno y tuve que tirar de Commodore 64 durante bastante tiempo y cuando pude salté a una Sega Megadrive que compré con un sueldo de trabajo en verano y que llevé a casa casi a la fuerza.
De todas formas tuve la posibilidad de ver y disfrutar un gran cantidad de juegos de Amiga gracias a un amigo, que disponía de un Amiga 500 después de que le recomendara que diera el salto desde un Atari ST, ordenador que no estaba mal pero que en conjunto era algo inferior al Amiga
Recuerdo con cariño lo impactantes que me resultaban los juegos dado el salto de calidad en gráficos y sonido comparado con mi vetusto Commodore 64. El Amiga fue un ordenador increíble en la época y toda una revolución por sus capacidades gráficas y sonoras y aun hoy existe una gran base de aficionados de este ordenador y una interesante scene a su alrededor. Incluso existen mejoras de hardware que convierten al Amiga en un ordenador bastante potente en estos tiempos, como las tarjetas Vampire.