--- PAC-MAN ---

Llevaba ya un tiempo dándole vueltas a escribir un artículo sobre Pac-Man. Uno de los videojuegos más famosos de la historia y el primero que tuvo un personaje protagonista. Ahora que hace poco fue su 30 aniversario, es un buen momento para retomar la idea. Seguro que todos visteis el homenaje que le hizo Google al juego con su propia versión. Finalmente, debido al gran éxito que ha tenido, han decidido alojarlo de forma permanente en su web. También se ha calculado que, pudo ocasionar perdidas millonarias en las empresas, debido a que la gente dedicó más tiempo del habitual en usar el navegador para jugar a Pac-Man, en vez de trabajar.

Aunque seguro que para mucha gente a estas alturas no tiene sentido jugar a Pac-Man. La verdad, para mi tampoco lo tenía hace unos años. No pertenezco a la generación que pudo disfrutar de él. Sólo pude ver una versión isométrica (Pac Manía) que daba vueltas por los salones arcade en los años 90 y que no obtuvo demasiado éxito en mi ciudad. Recuerdo que la máquina siempre estaba libre y que yo nunca contribuí a que no lo estuviese. Ahora unos años después y con las ideas más claras, empiezo a disfrutar de todos los videojuegos por igual, nuevos y viejos. Es por ello que decidí darle una oportunidad a algunos juegos clásicos como Pac-Man, entre otros.

Me gusta jugar a Pac-Man de vez en cuando, disfrutar de sus túneles azules y concentrarme en su juego sin complicaciones. No tengo que saber o recordar ninguna historia, ni tengo que guardar la partida, es un arcade. Simplemente juego, sin más, alimento para el cerebro. Cuando me canso, lo apago y listo. Aunque esta característica es un arma de doble filo. El exceso de simplicidad puede echar atrás a muchos que por costumbre necesitan de una mayor “complejidad”. Yo mismo pensaba así hasta hace bien poco, aunque ahora lo vea con otros ojos.

Pacman fue diseñado por Toru Iwatani para Namco y presentado en 1979, aunque salió al público en 1980. En los EEUU fue distribuido por Midway Games. El nombre le viene de “pakku”, una onomatopeya japonesa, que se refiere al ruido que produce al abrir y cerrar la boca. Por ello en Japón el juego se llamó Puck-Man (después de algún arreglillo para hacer más occidental al Pakku-Man original). La razón de que el juego terminase llamándose Pac-Man en los EEUU, fue la preocupación de que la gente cambiase la P por una F de Fuck-Man. Así que, como Puck-Man y Pac-Man sonaban de forma similar en inglés, se decidió llevar a cabo el cambio. Aquí en España todo el mundo lo conoció como el comecocos.

El juego tuvo muchísimo éxito en aquella época. Sus reglas son simples, debes comerte todas las píldoras repartidas por el “laberinto” sin que te alcanze ninguno de los cuatro fantasmas. Para ello cuentas con un poco de ayuda en forma de cuatro píldoras mágicas, ubicadas en las esquinas del escenario, que te dan inmunidad y te permiten comerte a los fantasmas durante un breve periodo de tiempo (en el que estos se vuelven de color azul), al menos en las primeras fases. Dicho así parece fácil, pero en realidad el juego es bastante difícil si no sigues niguna estrategia.

Consta de 256 fases, aunque en realidad, la última pantalla está reducida visualmente a la mitad por un problema técnico. Ya que 255, es el número máximo que se puede expresar con ocho cifras en el sistema binario. Por ello, hace un par de años se liberó un parche en internet que solucionaba el problema. Aunque para muchos jugadores expertos en Pac-Man, esa última fase defectuosa (la 256), seguirá siendo la verdadera fase final del juego, con todas sus consecuencias. En realidad te puedes mover por esa mitad de la pantalla “oculta”, solo que no ves por donde va Pac-Man , ni a los fantasmas que le persiguen.

Esos cuatro fantasmas tienen personalidades diferentes y cada uno está representado por un color. Aqui los llamaré por su nombre occidental.

Blinky es el fantasma rojo, el más rápido y previsible. Si te ve, te perseguirá sin dudarlo hasta llegar a ser una auténtica pesadilla. Lo bueno de su comportamiento, como ya he adelantado, es que es previsible y por ello fácil de engañar. Podemos hacer cambios de sentido rápidos para hacerle creer que vamos hacía otra dirección. Después viene Pinky, de color rosa y con un comportamiento similar a Blinky. Pero aunque es muy rápido, no lo es tanto como el anterior y su dificultad radica en que a cambio no es tan previsible, por lo que puede llegar a ser un poco más complejo de “tratar”. El tercer fantasma es Inky (Azul-Cyan), de movimientos bastante más lentos que los anteriores y con cierto indicio de inseguridad a la hora de seguirnos, lo que complica saber que camino va a tomar. Puede ser peligroso, sobre todo por su inestabilidad. No lo subestiméis. Por último queda Clyde (Naranja), mi preferido porque es el más lento y atontado, incluso a veces tiene miedo de Pac-Man y cuando se lo encuentra de frente cambia de dirección. Menudo fantasma. XD.

Las andanzas de estos cuatro nos harán la vida imposible dentro de los túneles, aunque como siempre, a algunos más que a otros, porque hay jugadores de Pac-Man a los que es difícil cazar.

Tres son los más conocidos. El primero es Billy Mitchell, que lleva más de veinte años como máximo puntuador en Pac-Man. En 1999 jugó por primera vez una partida perfecta, es decir, llegó a la fase 255 y se la pasó, sin haber perdido ninguna vida por el camino. Consiguió 3.333.360 puntos. No solo ha sido campeón de Pac-Man, sino que también ha destacado haciendo records en muchos otros juegos de aquella época. Un tipo bastante peculiar. El segundo jugador y en este caso polémico, es Jeffrey R. Yee, que en 1982 y con ocho años aseguró haberse pasado incluso la última pantalla, la 256, consiguiendo nada menos que 6.131.940 puntos. Hay muchas dudas sobre si lo consiguió o no, incluso Billy Mitchell que veía en peligro su reinado por esta leyenda, llegó a ofrecer un premio de 100.000 dolares al que consiguiese pasarse la pantalla 256 antes del año 2000, pero nadie lo hizo. El jugador pro más reciente, es un mejicano llamado Carlos Daniel Borrego, que ganó el primer y único campeonato mundial de Pac-Man en 2007 (organizado por Namco y Microsoft), bajo la mirada del propio creador del juego, Toru Iwatani.

En mi caso, nunca llegaré a ser tan buen jugador (ni de lejos) como ellos, aunque eso no quita que me siga gustando jugar. Tampoco he catado nunca la máquina original. Me contento con las versiones emuladas de mame, que seguro son perfectas aunque pierdan en autenticidad. Por si alguien estuviese interesado, recordar que Namco puso a la venta hace un par de años, una nueva tirada de máquinas Pac-Man, eso si, a unos 3000 dólares cada una. Si tengo como curiosidad, versiones plug´n´play que fueron distribuidas por la empresa norteamericana “Jakks Pacific”, que funcionan con pilas y directamente en la televisión. Tanto de Pac-Man como de Ms Pac-Man. Suena a broma después de hablar de máquinas de 3000 $, pero tienen su gracia, incluso los botones y la palanca son de microinterruptores e imitan en parte el diseño y color de la máquina original.

Esta conversión del Pac-Man original (no he jugado mucho al Ms ) es practicamente idéntica, aunque algunos pequeños detalles han sido cambiados, como la disposición de la pantalla para combinar con una tv de monitor horizontal, algunos sonidos y el nivel de dificultad (es más fácil) entre otros. Como curiosidad, comentaros que la famosa zona segura de la recreativa original, donde podías quedarte parado y ningún fantasma te veía aunque pasase delante de ti (si no te había visto antes), no funciona. En cambio, sí lo hace en otras versiones que he probado para consolas. También leí hace tiempo en un comentario de Youtube, que al llegar a cierto nivel (no recuerdo cual, pero estaba cerca del 200), el juego de “Jakks Pacific” se reiniciaba. Pero claro, no lo he podido comprobar porque no soy tan buen jugador, aparte puede ser un fallo en el funcionamiento de ese aparato en particular.

Para jugar bien a Pac-Man deberás saber las técnicas adecuadas. Sobre todo los caminos a seguir para que los fantasmas no te hagan encerronas, pero también detalles más simples, como el hecho de que los fantasmas siempre mueven los ojos en la dirección del próximo cambio, que pacman se mueve más rápido que estos en los túneles que llevan al lado contrario de la pantalla o que puede deslizarse más veloz por tuneles limpios de pildoras, que mientras va comiendo.

Mil y un detalles (y también algunos trucos, como dejar encerrados a los fantasmas en su casa) que se muestran en algunas guías que se publicaron para este juego. Yo tengo la suerte de tener una de estas, la “Mastering Pac-Man”. Un trozo de historía de los videojuegos que (inexplicablemente, porque yo nunca la vendería) puede encontrarse por poco dinero en Ebay.

Termino recordando las palabras de Kristian Wilson, portavoz de Nintendo en 1989 y que en su momento llegué a pensar que no eran más que una leyenda urbana por su evidencia.

“Los videojuegos no afectan a los niños. Si Pac-Man nos hubiese afectado cuando eramos jóvenes, ahora estariamos deambulando por cuartos oscuros, comiendo píldoras mágicas y escuchando ritmos repetitivos.”

Poco se puede decir después de eso. Un saludo a todos y hasta el próximo artículo.