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| Cartel creado por el amigo Benzio |
- El precio de la entrada comienza a chirriar bastante. Entiendo que montar el evento no debe ser barato, pero la verdad es que 18 euros para ver lo que se vió se me antoja ya un poco excesivo, especialmente si, como es mi caso, vas al evento más para retrobarcelona que para lo moderno.
- Como siempre tomar algo dentro del recinto sale muy caro, por lo que me compadecí de aquellos que pasaron el día y no vinieron preparados, porque pagar precios abusivos por un bocadillo y un refresco hace que la visita a la feria salga por un ojo de la cara.
- Retrobarcelona ha sido, con mucha diferencia, lo mejor del evento. Me sorprendió gratamente la gran cantidad de máquinas disponibles tanto clásicas como candys japonesas (la de Star Wars espectacular aunque hubiera que pagar aparte) y la siempre brutal exposición de consolas y ordenadores retro, con especial mención a la de commodore gracias a los chicos de Commodore Manía, Commodore 64 club y Commodore plus. Siempre me gusta ver mi amado Commodore 64 y los Amiga en esta feria.
No pude evitar echarme una partida los siempre imponentes Battle Bakraid y Battle Garegga en las candys Konami Windy.
- Siempre es un placer conocer nuevas asociaciones arcade, y la de Mollet del Vallés debe tenerse muy en cuenta para los que vivimos en el Vallés Oriental en Cataluña, dedicaré un artículo sobre esta asociación al final de este mes con toda la información. Arcade Maniac colaborará regalando algo de material.
- Comprar algo retro en las tiendas se antoja caro, pero esto no es nuevo. El precio de los stands es elevado y eso debe repercutir en los precios. Encontrar gangas es muy improbable, más aún si no acudes al evento el primer día de apertura. Es mejor no ir con idea de comprar y, en el caso de encontrarte alguna sorpresa, pues genial.
- Otra cosa muy distinta es la parte nueva, muy centrada en la realidad virtual y aumentada (algo muy innovador pero que aún tiene que mejorar) y el juego competitivo online, lo cual no me interesa absolutamente nada.
Pero lo peor fue lo vacío que daba la sensación de estar esta zona de la feria, contrariamente a RetroBarcelona. Se mostraban demasiados juegos desfasados, que llevaban en el mercado meses o incluso años (Nintendo y el enésimo stand con New Super Mario World o Splatoon es un claro ejemplo que no había novedades que mostrar realmente interesantes). La feria pierde gran parte del sentido cuando acudes y no conoces ni puedes probar nuevos videojuegos, por lo que esto resulta bastante peligroso porque se pierde motivación para ir, especialmente si vas con la idea de ver nuevos títulos.
Lo único que se salvaba un poco fue la zona de indies. No soy un radical de lo retro, me gusta todo (tengo tanto PS4, One como Switch) por lo que tengo una visión bastante imparcial. No creo que me equivoque cuando digo que la zona moderna estuvo peor que el año anterior y dio la sensación de dejadez.
La conclusión que se puede sacar es que la parte moderna fue sosa y vacía. Además con un descarado apoyo de la tienda Game, que se dedicaba a vender los juegos mostrados en esta zona.
- Y por los puntos comentados antes, la conclusión a la que llego (y otras muchas personas también) es que RetroBarcelona debería ser un evento por separado y desvinculado de la Nice One. Y esto es mejor hacerlo más pronto que tarde, para que la Nice Barcelona no arrastre a Retro Barcelona a la debacle.
Este año la afluciencia del público ha sido similar que el año pasado, pero las ventas para las tiendas han sido inferiores y debido a regusto amargo que Nice One Barcelona ha dejado a muchos, los organizadores deberían plantearse cómo organizarlo o la feria estará condenada en el tiempo.
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