Hace unas semanas me encontré con este blog de casualidad, mientras ojeaba Google con la esperanza de encontrar nuevos shmups que fueran desconocidos para mi. Terminé leyéndomelo entero.
Hablé con su creador, Manuel, para pedirle consejo sobre temas relacionados y por suerte, me dio la oportunidad de colaborar en él.
Tengo varios temas en mente sobre los que escribir, pero antes creo que es mejor hacer una presentación corta sobre mis inicios e impresiones acerca del mundo arcade. Aunque me hubiese gustado, no pertenezco a la primera generación de juegos como el Pong, Donkey kong , Pac-man o Space invaders, sino más bien a la segunda-tercera hornada de jugadores. El primer arcade al que jugué fue “ Trojan ”, de Capcom. Tenía unos 7-8 años y por supuesto nunca había visto nada igual, era impresionante. De pequeños además tenemos una visión del mundo en baja resolución, que hace las cosas más interesantes que cuando ya consigues ver “la trampa”.
Esa fue la primera máquina a la jugué, pero no por ello la considero mi favorita o la más especial, aparte mis gustos actuales, aunque conserven parte del pasado, han variado.
Los años pasaron y siempre que podía me escapaba a jugar un rato al salón de recreativas más cercano con algún amigo. Estoy seguro de que alguien que haya vivido la época arcade sabe muy bien de lo que hablo. Jugar en salones es muy distinto a jugar en casa. Llenos de gente y con el ruido de varias máquinas funcionando a la vez. Algunos mirándote jugar y tú observando a los habituales del salón que podían pasarse los juegos con 5 duros. Sé que esto no debe sonar muy atractivo para algunos, pero creaba un espacio increible. A veces tenían mala fama por la gente que acudía, la verdad. En mi caso nunca tuve ningún problema con nadie.
Después me encontré con los ordenadores (Spectrum y pc), las consolas y demás aparatejos que iban cayendo en mis manos. Todo tiene su momento y su lugar, así que no voy a hablar mal de éstos a favor de los arcades, también han sido muy importantes .
Aqui todo cambió con la llegada de las consolas de 32 bits. Si ya disponías de un sistema técnicamente superior y en tu propia casa ¿Por qué gastar tiempo y dinero en un arcade? Podías jugar cómodamente desde el sofá sin ni siquiera tener que pedir cambio al hombre de la riñonera.
Pero aunque esto no deja de ser verdad, por esa misma regla de tres también debería haber sucedido en otros paises, como Japón, por ejemplo. En cambio allí el fenómeno arcade está totalmente activo. ¿Por qué? Yo creo que es una cuestión cultural.
Es una sociedad con un marcado carácter detallista, integrado en el día a día. No voy a hacer apología porque, como todas las culturas, también tiene sus sombras. Pero claro, hablando de videojuegos ( y de muchas otras cosas más ) nos llevan mucha, pero que mucha ventaja. Éstos forman parte de su cultura y es envidiable ver cómo los cuidan pasado el tiempo. En realidad es lo mismo que han estado haciendo durante miles de años con otras disciplinas, sólo que ahora se trata de videojuegos.
Es curioso porque aunque poseen y desarrollan la tecnología más avanzada del mundo, no por ello desprecian una partida a un clásico que ronda los 20 años, mientras escuchan el último éxito arcade, que está siendo jugado en la máquina de al lado. Como si tal cosa. Esto parece un hecho sin importancia, pero creo que marca la diferencia.
Todo esto en el contexto de un salón arcade de máquinas blancas, limpias, ordenadas, de diseño cuidado y sin quemaduras de cigarros, no puede generar en mí otra cosa que admiración.
Aquí no verás algo así, no somos tan cuidadosos.
En realidad los salones de mi ciudad (aunque quede alguno...son pocos) agonizaron hace mucho. De una primera criba sólo sobrevivieron aquellos basados casi totalmente en máquinas enormes como reclamo, tipo coches, motos, zombies, esquiadores o francotiradores que eran las únicas que no “podían” ser jugadas en casa. Esto tampoco funcionó en la mayoría de los casos y ahora muchos de ellos se han convertido en salones de máquinas tragaperras. Todo aquello fue un error, pero la verdad es que yo fui uno de los que contribuyeron al declive, un cambio de ciudad y amigos facilitaron mi traición.
Desde entonces hasta ahora no he parado de jugar pero, aunque haya pasado muy buenos momentos, tengo que reconocer que nunca ha sido lo mismo. No sé si peor, pero sí diferente. Eso no quiere decir que quiera vivir o viva en el pasado, que nadie se engañe, fue precisamente la tecnología del pasado la que me permitió tener aquellos buenos momentos. La tecnología y el futuro van de la mano y sería tirar piedras sobre mi propio tejado. Todavía hay mucho por hacer. Simplemente me gustan los buenos juegos. Me da igual el formato, lo importante es el conjunto. Por ello y desde hace ya unos años, vuelvo a jugar a todos los formatos, pasados y actuales.
Lo primero que compruebo en un juego son sus gráficos. Hay que tener cuidado al hacerlo, porque el ojo se acostumbra rápidamente a subir el listón de forma engañosa y hace que todo sea muy relativo. Puedes terminar comparando (aunque sea de forma inconsciente) juegos de distintas épocas, que no son entendibles si no los pruebas en el marco adecuado. Se puede maljuzgar un buen título por esta costumbre. Es mejor dejar la mente abierta e intentar analizar los gráficos poniéndonos en una situación de comprensión adecuada para cada situación.
Por supuesto, la música es otro factor clave de los arcade. ¿Quién no ha escuchado por ejemplo la música del Street fighter II? Si te pones a pensar, posiblemente te darás cuenta de que recuerdas casi todas, o todas las melodías y frases de este juego y muchos más.
Aunque por supuesto, ninguno de estos dos (gráficos y sonido) son el factor más importante. Entran primero por nuestros sentidos y siempre es de agradecer un buen diseño de ambos dentro del juego, pero no serían nada sin la jugabilidad, la única parte imprescindible en todo esto.
En definitiva y en base a lo que acabo de comentar, no veo por qué no situar a los arcades al mismo nivel de mis otras adquisiciones más “modernas”. Es un formato casi inexistente en España, exceptuando algunos “restos”, pero como ya he dicho antes, no en otros países. Por ello no voy a utilizar el término retro, ya que sería generalizar demasiado.
Sé que los juegos casi siempre nos llegan de fuera y en este grado no forman parte de nuestra cultura, aunque siendo sincero, tampoco creo que eso cambiase mucho el panorama. Porque en realidad nuestro país, en su momento, fue una de las primeras potencias de los videojuegos en Europa. Muchísimos y muy buenos títulos de ordenadores antiguos como el Spectrum, Amstrad, etc.. eran españoles. No eran arcades, pero aun así me parece muy conveniente recordarlo, porque la mayoría de la gente desconoce este hecho. En nuestro país todavía hay un gran complejo de inferioridad que afecta a muchas disciplinas. Antes se copia todo lo que viene de fuera en vez de indagar en nuestra propia identidad. Pero es que, encima, se copia mal. Porque no es lo mismo tener influencias para enriquecernos, que adaptar un estilo y unas costumbres que desconocemos como algo común y cotidiano. Una pena, porque si una cultura llega a ser tan interesante como para imitarla, es porque antes se ha trabajado mucho en ella, incluso cuando no era tan atractiva y eso parece que ya no gusta tanto.
Quiero acabar mandando un saludo a todos los verdaderos aficcionados y desarrolladores de videojuegos, que siguen viviendo inmersos en esto (sean de la generación que sean) , aun sabiendo que sus vidas habrían sido más faciles y podrían haber ganado más dinero si se hubiesen dedicado a otra cosa.
Hasta la próxima.
2 comentarios:
Bienvenido macrogmittre, llevo muy poco siguiendo este blog, pero mgustan mucho todas sus entradas. Ademas los humps tambien es uno de mis generos favoritos, asi que seguro que nos aportas muy buenos artículos en esa tematica :)
Gracias por la bienvenida Carlos, ya nos veremos por aquí.
Un saludo.
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