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viernes, 19 de octubre de 2012

ME HE VUELTO SENSIBLERO: RECUPERANDO EL COMMODORE 64

Ostias! que precio.....
Aunque he estado unido al mundo del videojuego prácticamente desde sus inicios y recuerdo perfectamente la consola de tipo Pong que tuvimos en casa, debo reconocer que empecé con todo esto gracias al Commodore 64 que mis padres compraron para que mi hermana hiciera sus primeros pinitos en programación allá por....sabe dios, hace demasiados años. El ordenador fue lanzado en 1982 aunque probablemente lo compramos algo más tarde, ya que su precio de salida era elevado y recuerdo que mis padres no pagaron semejante cantidad por él.. Es el ordenador responsable de mi pasión por el mundo de los videojuegos en general y los arcades en particular. Se convirtió en la máquina de juegos familiar por excelencia y es la única ocasión que recuerdo en la que hemos jugado toda la familia a videojuegos reunidos en la misma habitación, y especialmente mi padre que era de hecho todo un crack del Pac Man en el que hacía puntuaciones estratosféricas (aunque en realidad miento, porque hace poco le pudimos ver jugando al tennis de Wii Sports, así que debemos reconocerle a Nintendo el mérito de conseguir algo así).


Como muchos de vosotros, todo empezó con una consola u ordenador de 8 bits y yo, comencé con el C64 además, inseparable de aquella inmensa Micromanía que actualmente conservo en formato PDF. Una revista legendaria que tras ojearla en estos tiempos te transporta de nuevo al pasado insuflándote una gran nostalgia.

Lo primeros juegos que llegaron a casa no eran originales. Todos sabéis que por aquella época era fácil copiar las cintas, y mi hermana consiguió algunas de ellas. Juegos como Pacman, Frogger, Popeye, Burger Time, Manic Minner, Centempide o Dig Dug comenzaron a dibujarse en la pantalla y en mis retinas. Desde entonces, se levantó una pasión desenfrenada que dura hasta estos dias, con sus altibajos, por supuesto, pero siempre conectado de alguna forma a todo ello.

El commodore 64 es un ordenador de 8 bits fantástico, probablemente el mejor de 8 bits de la época técnicamente hablando (aunque sé que otros defenderán al Amstrad o MSX, por ejemplo). De hecho es considerado el ordenador más vendido de la historia. Cargar los juegos es un lastre, al igual que ocurría con el vetusto Spectrum ya que aunque en el Commodore 64 existía la posibilidad de conectar cartuchos, en la práctica lo más usado era el lector de cintas. Cargar los juegos de esta forma resultaba lento, en algunos casos casi eterno. El problema es que después, el juego podía dar error y no cargarse correctamente después de tanta espera ¿a quién no le ha ocurrido esto alguna vez? el problema es que repetir la carga no implicaba necesariamente conseguirlo, por lo que podías acabar tirando la toalla. Tampoco es que fuera habitual pero a veces estaba causado por desajustes en el lector de cintas. Además algunos juegos eran multicarga, a medida que pasabas pantallas debías volver a cargar de nuevo lo que los hacía más tediosos aún si cabe.
Al menos, durante las cargas, el commodore 64 nos obsequiaba en algunas ocasiones con melodías increíbles para tratarse de un ordenador de 8 bits, incluso con digitalización de voz. El chip de sonido del C64 conocido como SID era sorprendente y aun hoy existen aficionados que componen música para él.
Una de las melodías más sorprendentes es la que corresponde a la carga de algunos juegos de Ocean como por ejemplo Slap Fight o Combat School.  Aquí tenéis una recopilación de algunas de las mejores melodías:


 En definitiva una máquina mágica con sólo 64 kb de RAM.

La prueba del delito: una de mis cintas. Espero que no me
encierren por esto.
La parte poco romántica de todo esto es que no tardaron en comprarme un "copión" (que aún conservo) un trasto para hacer copias perfectas de las cintas usando dos lectores de casette. Ello propició que se añadieran muchas más copias a la colección, lo que ha provocado que sean muchísimos más los juegos copiados que los originales, muy a mi pesar. De todas formas, resulta relativamente sencillo aumentar la colección de originales actualmente, ya que en Ebay se pueden encontrar muchas cintas a precios asequibles, e incluso el propio ordenador, por supuesto.

Aún conservo toda la colección de juegos de mi commodore 64, entre los que se incluyen títulos originales porteados desde arcades como Rastan, Donkey Kong o Terra Cresta. Packs originales que incluyen varios juegos como Bomb Jack, Commando, Operation Wolf... Casi toda la colección está basada en juegos de jugabilidad similar, así que mis gustos por los juegos tipo arcade ya se establecieron muy tempranamente.
Siendo estrictos, mis gustos siguen siendo exactamente los mismos pero adaptados a la tecnología actual. Los juegos arcade que disfrutaba en los salones recreativos resultaban ser el súmum en este aspecto, lo que me provocó un impacto aún mayor y mi consecuente afición actual a los juegos arcade y al coleccionismo de placas.. Era duro cuando veías los terribles ports que se hacían en ocasiones para máquinas domésticas (http://arcademaniac.blogspot.com.es/2010/06/el-dolor-malas-conversiones-de.html) donde las diferencias con el juego arcade original eran exageradas (aunque evidentemente también existen ports muy meritorios aprovechando las limitaciones técnicas). Esas diferencias hacían que babeáramos por las versiones recreativas, que en aquél momento eran lógicamente inaccesibles.

Evidentemente las cintas originales resultaban más atractivas que las copias, con su portada y demás (quizás esa reminiscencia es lo que ha provocado que esté bastante en contra de la piratería en estos tiempos) aunque resultaba demasiado tentador grabar 50 juegos en una sola cinta (o más, ya que algunos ocupaban poquísimo espacio). Como estas cintas copiadas no tenían portada, yo mismo las dibujaba.

Pese a que a lo largo de mi vida he comprado y vendido consolas y ordenadores y ha pasado por mis manos casi de todo, el Commodore 64 estaba en casa de mis padres ajeno a todo el trajín guardado en la oscuridad de un rincón. La consecuencia es que, pese a todo el movimiento de máquinas de aquí para allá, la única que se ha mantenido ahí desde siempre ha sido el Commodore 64. Lo cual tiene cierto punto de ironía, algo así como "empezaste con esto y acabarás con esto".

Recuperando esas portadas dibujadas después de tantos años, me resulta simpático ver mis propios dibujos realizados cuando sólo era un niño, pero me llaman la atención porque muestran de qué forma me imaginaba los juegos a esa edad y cómo los construía en mi mente. En definitiva, muestran la imaginación por los videojuegos de un niño de corta edad. Tres de las portadas más elaboradas os las traigo escaneadas para que podáis verlas. Y cómo no, tres juegos de tipo arcade: Nemesis (Gradius) que fue un juego que realmente me apasionó (quizás el precursor junto a Terra Cresta de mi pasión por los Shoot´em ups), Alien Syndrome que es en definitiva un juego tipo Run and Gun con perspectiva aérea y Led Storm, uno de los causantes de que también me encanten los arcades de conducción y que aborrezca los simuladores.
Mis portadas Custom. Para ser un crío no dibujaba del todo mal

Tras rescatar el commodore 64 la cruda realidad se cernió sobre mi. Me vanaglorié de que siguiera funcionando como siempre y que los juegos se cargaran a la primera tras haber pasado tantísimos años. Pero la alegría duró poco, al final, el ordenador se encendía pero no mostraba nada en la pantalla. Estos ordenadores tienen una mala vejez y son complicados de reparar, en parte porque incorporan un par de chips custom específicamente creados para la máquina casi imposibles de conseguir (a menos que los saques de otro C64) y en parte también porque su circuitería es muy sensible a la humedad. En muchos casos, sale más a cuenta conseguir otro antes de repararlos. Tuve dos commodore 64, el clásico que podéis ver encabezando esta entrada y que cariñosamente llaman "panera" porque recuerda a una debido a su forma y grosor, y el llamado C64C que realizaba una modificación estética exterior (más fina y estilizada) junto con una leve mejora en el chip de video (VIC) y el de audio (SID) junto con una disminución en los voltajes. El C64C era más robusto y envejece algo mejor. Sin embargo ambos Commodore se me estropearon de una forma u otra.

C64c
El cariño desmesurado hacia el ordenador y sus juegos me impidió deshacerme del resto de componentes: casette, juegos, joystick....me resultaba casi un sacrilegio. Algo así como traicionar mis orígenes (aunque pueda sonar un tanto melodramático) así que dejé el tema aparcado hasta que finalmente decidí que me apetecía recordar viejos tiempos y volver a jugar a los juegos de mi infancia. Así que hice lo que era esperable: comprar un commodore 64 en Ebay para poder cargar las cintas en el lector de casette y jugar con el joystick. Adquirí el c64c de nuevo, para ser exactos junto con un cable de vídeo, ya que el televisor/monitor de tubo donde quería conectarlo no tiene entrada de antena, que es la forma en la que clásicamente usaban estos ordenadores.
La meritoria conversión de Terra Cresta

Después de tantos años sin probar los juegos, la retrorotura de la que hablo en un artículo más abajo resulta peligrosa. Tienes una idea de ellos que no es realista, más o menos una imagen idealizada como la que dibujé en aquellas portadas. Afortunadamente soy consciente de las limitaciones y voy con una buena amplitud de miras, consciente de lo que encontraré. En definitiva, juegos extremadamente sencillos pero que me resultaron apasionantes en su momento.

Podría usar emuladores, pero parece claro que todo pierde su encanto y autenticidad. Lo que da valor a la experiencia es precisamente usar el hardware original y cargar los juegos en sus cintas tal y como hacía durante esos años. Como ya he mencionado en más de una ocasión, no soy fan de los emuladores y creo que para disfrutar realmente de los juegos clásicos hay que hacerlo en el soporte original. La emulación es el último recurso que debemos usar si por alguna razón no nos resulta posible usar el hardware original.

Y para terminar este increíble tributo a la musica del C64 remasterizadas con calidad actual:


9 comentarios:

Hoz3 dijo...

Parece mentira pero ¡Cómo nos ha influenciado a todos nuestro primer ordenador!

En mi caso fue un Spectrum, concretamente un Plus 2, que no tenía nada de vetusto ¿Vale? He de reconocer que siempre soñé con tener un Commodore 64. Una vez jugué a uno en casa de un amiguete en los años 80, y me quedé flipado. Yo por aquellos tiempos era un asiduo a los salones arcade, y cuando salía una conversión para Spectrum me consolaba jugando en casa, aún sabiendo que la mayoría de las conversiones, salvo algunas excepciones, eran casi siempre decepcionantes.

Sin embargo, jugué al Ghosts´n Goblins, Bubble Bobble y Green Beret en el Commodore 64 de mi amigo, y se me caía la baba viendo su colorido y sobre todo de su sonido. Muchas veces se me ha pasado por la cabeza el comprar de 2ª mano uno, pero en seguida se me pasa, porque sé que no le voy a dar un excesivo uso, y mi casa ya está muy llena de trastos como para meter uno más. Me conformo con los estupendos emuladores que hay para Windows.

Más adelante, me compré un Commodore, pero no el 64, si no el Amiga 500 ¡Ese ordenador si que flipaba! Tengo mucho cariño a este ordenador de 16 bits y todavía juego a veces a algunos de sus juegos. Aún sigo pensando que la época más interesante del software de entretenimiento se dio en la era de los 16 bits, ya que, aunque en los 8 bits se sentaron las bases, muchas propuestas se quedaron algo escasas en muchos aspectos por problemas técnicos. Cuando llegaron los 16 bits, todo eso cambió y se dió un salto enorme en todos los aspectos.

Ah, qué tiempos macho!

Neil Parsons dijo...

En mi caso, ha sido como un "flashback", tal como lo cuento en mi crónica publicada esta noche en mi blog.

http://programbytes48k.wordpress.com/2012/10/20/regreso-a-mis-origenes-como-usuario-informatico/

Manuel P. Almuedo dijo...

Jejeje Hoz...

Vetusto el spectrum...un poquito bastante ¿eh?.
Yo soñé con un commodore amiga 500 y en su momento me fue imposible conseguirlo (mis padres no estuvieron por la labor). Pero lo disfruté bastante gracias a un amigo.Hace poco he estado a punto de comprar un Amiga 1200 para quitarme la espinita,pero al final he considerado, al igual que tu con el C64, que no era buena idea acumular más trastos en casa. No hay tiempo ni espacio para todo.

Estoy de acuerdo en que los 16 bits supusieron un salto enorme. Realmente los juegos de Amiga eran impactantes, aún recuerdo cómo me sorprendieron. Mi contacto con los 16 bits comenzó con la Sega Megadrive.

________________________ dijo...

Creo recordar que el cargador de cassettes tenía un pequeño tornillo fijado al cabezal de lectura. Si lo girabas a un lado sonaba de una forma distinta. Todo era cuestión de encontrar el punto adecuado donde cargaba ese juego que tanto se resistía.

molsupo dijo...

Qué recuerdos! Me ha gustado mucho la entrada, ya que yo también empecé a jugar con un commodore 64 "panera" y me he sentido muy identificado.

Mi problema era que nunca supe trucos como el del tornillo para la datacassette y, a parte del mítico cartucho del International Soccer, sólo me cargaban 3 o 4 juegos (el Arkanoid, Power Drift, Batman, Deliverance, y luego alguna vez el Chase HQ, Italia90 y el Robocop y ya)...me daba mucha rabia porque en mi caso a veces me compraban juegos y luego no iba nada, y en mi caso me tocaba envidiar a los colegas con el Amstrad CPC que cargaban disquettes en segundos...era muy frustrante y lo peor es que muchas de esas cintas originales acabaron en la basura por ignorancia...

Igualmente, hace un mes también recuperé el c64 de casa de mis padres y todavía funciona (espero que dure, que me has hecho tener miedo) e incluso he encargado un cartucho flash(el ultimate 1541 II) para volver a jugar como es debido, ya que estoy de acuerdo contigo, a veces vale la pena el esfuerzo de jugar en la máquina original si te trae tan buenos recuerdos...

Un saludo!

molsupo dijo...

Y por cierto...geniales la carátulas dibujadas, muy grandes!!!

Josepzin dijo...

Muy buena historia!!

A diferencia tuya, yo lo perdí casi todo de mi C64, quien dice "perder" dice en realidad "vender/regalar/desprenderse", y es que en su momento pensé que estaba acabada y era el pasado, un pasado ya pisado y que nunca volvería.

¡CuANTO ME EQUIVOCABA! ¡y cuanto me arrepentiría! No tanto de vender el ordenador, que en su momento era lo lógico para poder escalar a otra cosa mas potente, pero no deshacerme de mis cintas y discos... eso fue imperdonable y me autoflagelo cada vez que me acuerdo!

Por suerte el C64 volvió a entrar a mi vida y ahora lo tengo a mi diestra :P

Dani dijo...

Me sorprende ver esta entrada, nos parecemos en algunas cosas. ¿Qué edad tienes? Escribiste esto en 2012 y ahora es 2014, yo ahora tengo 35 años. El C64 entró a casa creo que en el 85, 86. No entiendo todavía el motivo, pero mi hermana se gastó cien mil pesetas de la época en un ordenador, cuando a ella ni fu ni fa. A mi hermano sí le gusta mucho la tecnología, y era él quien lo usaba. Yo con 5 añitos hacía incursiones a su habitación a espiar como jugaba, hasta que acabé siendo compañero de juegos, con esa tierna edad. Mi primer juego: Arkanoid. Mi juego favorito: Donkey Kong. Llegué a jugar al Gauntlet y al Cortocircuito, junto a uno estilo shmup que también me vició a ese género.

Cuando mi hermano se iba de fiesta yo me volvía loco intentando cargar juegos escribiendo todo tipo de comandos secretos y contraseñas. Algunas veces mi hermano se apiadaba de mí y antes de irse dejaba un juego cargando... hasta que daba ERROR y yo me quedaba a medio llorar. Eso sí era frustración.

Una tarde se la pasó ENTERA tecleando una aplicación de un teclado. Había comprado una revista donde muchas páginas eran eso, código de aplicaciones y juegos. A mí eso de tocar el piano me daba bastante igual... cosa que no le dije hasta pasadas un buen porrón de horas. Acabó, orgulloso lo cargó, yo le dije que vaya rollo... y Mordor, en comparación con esa habitación en aquél momento, pasó a ser el país de los osos amorosos. ¡Nunca había visto ni he vuelto a ver un humano subiéndose por las paredes!

En fin, qué de recuerdos. Ese Commodore acabó en la basura muchos años después. Cuando lo quise recuperar mi hermana me dijo que su marido lo había tirado "porque ya no servía". Una lagrimita se derramó por mi mejilla...

Manuel P. Almuedo dijo...

Que tal

Tengo 38 tacos vamos para los 40...los que tuvimos el C64 de pequeños debemos tener edades similares. Gracias por contar tu experiencia!