Debido a esta “nueva” situación, muchos géneros han desaparecido o están despareciendo casi por completo del panorama actual. Los matamarcianos, mata-mata, shmups o como los queramos llamar, han tenido la desgracia (o la suerte, según se mire), de encontrarse en esta situación. Sobre todo en el formato consola, en el que ya es muy complicado encontrar títulos que no sean versiones, carne de descarga online y de los que dificilmente podremos encontrar una copia en formato físico, con su caja e instrucciones. Al menos en nuestro país. Si a esto además le unimos la actual tendencia en el mundo de los videojuegos, de generar títulos cada vez más fáciles (hasta límites insospechados...), entonces, la cosa se complica doblemente.
Por suerte para nosotros, este género continúa siendo fuerte en el mundo arcade, posiblemente también por dinero, ya que por su equilibrada mezcla de dificultad-adicción, es perfecto para que cualquiera se deje fácilmente unas cuantas monedas disfrutando unas partidas. No es dificil engancharse a estos juegos. Hay muchísimos y muy buenos matamarcianos arcade y desde mi punto de vista, mucha culpa de esto la tienen sobre todo dos compañías, Cave y 8ing/Raizing. Las dos están al mismo nivel en mi ranking personal y son muy buenas haciendo danmakus, mi estilo favorito dentro del género. Ambas acumulan títulos memorables a sus espaldas (El estado en el que se encuentran actualmente las dos empresas, es otra historia). Aparte por supuesto existieron (p.ej: Toaplan) y existen otras compañías imprescindibles, solo que estas dos (en mi opinión) se llevan la palma en calidad y cantidad.
Pero ¿Qué hace que estos juegos sean tan especiales? Buena pregunta. Llevo unos cuantos días dándole vueltas a como explicar esta cuestión y no es fácil. Bien... Introduces un crédito y pulsas start. Hasta ahí todo es igual. Entonces el juego, como buen arcade, empieza rápido. Aquí no hay tiempo para contarte historias que ya has escuchado una y mil veces, ya estás disparando a todo lo que te rodea. Mientras avanzas, te vas quedando perplejo ante los patrones de movimiento de los disparos enemigos, formados por colores brillantes y llamativos que iluminan la pantalla como fuegos artificiales. Por un instante, te da la impresión de entender mejor a las polillas. Es un efecto hipnótico. Las balas llegan de todas partes, los patrones se complican y en ocasiones, empiezan a tomar cierto caracter orgánico. Vaya, el juego ya no parece tan simple ni tan viejo, tu concepto de lo moderno y las apariencias te han vuelto a engañar. Ahora consigues ver un trabajo de programación increible en esos patrones, formas geométricas, cuidadas y ordenadas, pero sin ninguna frialdad, que no dejan de moverse por toda la pantalla. Un gran esfuerzo por parte de sus creadores y un placer para el que lo disfruta. Porque esa es una de las grandes bazas de estos juegos, son puro dinamismo.
Llegados a este punto, te ves en medio de toda esa vorágine, sobreviviendo contra todo pronóstico, esquivando y encontrando siempre un hueco, en una especie de coreografía que debe ser perfecta si quieres sobrevivir, algo imposible de recrear por un profano en la materia. Hay que saber jugar, hay que practicar y no darse por vencido. Es un juego diferente, que por suerte, no es casual. Porque aquí si quieres disfrutar jugando, o eres un superdotado de la coordinación o tendrás que aprender a desenvolverte. Ahí está la magia de este género, no es fácil y no obtendrás nada gratis. Pero cuando empiezas a tener cierto dominio, recibes de el mucho más de lo esperado y muchísimo más de lo que obtienes con otros juegos más “complejos”, llenos de aire caliente.
La música siempre ayuda y aquí el efecto es doble. En algunos títulos es impresionante, de lo mejor que he escuchado en un arcade. Frenética, muy pegadiza y con un marcado caracter personal. No suena a nada parecido, tiene un estilo propio que te mete de lleno en la acción. Los constantes y espectaculares sonidos de disparos, ráfagas y explosiones, hacen el resto. La combinación de todo te deja en un estado de disfrute máximo, mientras aprecias lo bien que encaja el control de la máquina, perfecto para proporcionar un delicado control a nuestra “nave”, a base de pequeños toques en la palanca, mientras nuestra otra mano aporrea sin piedad los botones de disparo en el momento adecuado, todo sin perder una gota de precisión. Aquí es mejor jugar con un equipo “de verdad”, con material arcade. Al final, llega un gran momento en el que asimilas todo esto, lo vives y deja de ser algo que siempre has escuchado comentar a los demás, para entenderlo por ti mismo. Estás ante un gran género y sabes que mañana, volverás buscando más de lo mismo.
Una visión muy interesante del por qué los shumps son juegos tan interesantes (para los que les gusta, claro), siempre ha sido un género que me ha encantado desde los tiempos de los 8 bits y los arcades me fascinaban. He acabado comprando una Egret 3 en vertical para estos juegos aunque no le estoy sacando demasiado jugo por ahora.
ResponderEliminarMe encantan los shumps! gracias a cave todavia tenemos bastante actividad en elgenero, ademas de lanzar los juegos organizan eventes muy chulos (solo en japon) entorno a ellos.
ResponderEliminarOjalá aquí tuviesemos algo parecido. Además seguro que a esos eventos deben acudir jugadores de nivel. Tipo dvd superplay.
ResponderEliminarA veces me paso un buen rato ojeando videos similares en la red.
Son perfectos para dejarte por los suelos, pero da gusto verles jugar.
En esta entrada un frances cuenta su experiencia en uno de estos eventos de cave. De verdad, como me gustaria poder ir:
ResponderEliminarhttp://translate.google.com/translate?hl=es&ie=UTF-8&sl=fr&tl=en&u=http://www.npng.org/blog/%3Fp%3D252&rurl=translate.google.com&twu=1
Increible.. lo de la conversación del Ketsui es lo mejor.
ResponderEliminarDespués de verlo dan unas ganas terribles de jugar un rato al DDP, aunque sea en MAME y la versión normal.
Aunque se de uno que merodea por aquí que puede jugar al original...
Jejeje
ResponderEliminarBueno soy yo sí, tengo la placa original del dodonpachi y por ahora el único juego para mi Egret 3 vertical. Hice alusión a hacer una reseña de este juego en otra entrada pero es tan conocido entre los aficinados que no creo que pudiera aportar gran cosa. Además después de dos entradas dedicadas a los shumps esperaremos un poco.
Yo la verdad es que estoy redescubriendo ahora el género de los shmups. Siempre me gustaron desde sus inicios ( aún recuerdo esas partidas al Galaxians de pequeño subido a un taburete ) pero lo dejé aparcado muchos años. A los últimos que le di caña fueron a algunos de recreativa como Aero fighters y a otros de mi Commodore Amiga como el Project X. Después pasé al PC y me dio por otras cosas. Ahora me ha vuelto a resurgir la vena Arcade y la pasión por los matamarcianos y estoy totalmente fascinado con los Danmakus, especialmente con BATSUGUN de Toaplan que me tiene loco.
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